viernes, 22 de agosto de 2014

MANIFIESTO RESULTANTE DE LA II CONFERENCIA DEL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL EN CÓRDOBA.

El desarrollo del Partido Comunista, Marxista-Leninista, en Córdoba y por ende, el desarrollo del único partido que actúa como tal: el PCOE, se hace cada vez más urgente. Se hace cada vez más apremiante arrojar el testigo de la lucha de clases a quien realmente debe empuñarlo, a quien realmente sangra en el día a día explotador que impone el capitalismo: el proletariado. Fajarse hasta la extenuación en pos de ir erosionando paulatinamente la superestructura que nos explota, que nos relega al paro, que reduce nuestro poder adquisitivo, aumenta las desigualdades, los índices de suicidio…. etc. y que está entramado por el Estado Burgués, con sus mecanismos políticos y de represión, con el Parlamento y los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado como principales armas, ha de ser el objetivo insoslayable del Partido de las masas laboriosas: “El Partido lucha por una república proletario-campesina más democrática, en la que se supriman radicalmente la policía y el ejército regular, y se los suplante por el armamento general del pueblo y de la milicia popular……. En la que las instituciones parlamentarias representativas sean sustituidas gradualmente por los soviets de representantes del pueblo…” (Lenin).
Una sociedad nunca podrá llegar al nivel avanzado que se sintetiza del afán teleológico de la dialéctica histórica, sin jugar el papel que le corresponde, sin ser el protagonista de su trabajo, de su convivencia, de sus necesidades, de sus derechos y deberes: “el movimiento proletario es un movimiento propio de la inmensa mayoría en provecho de la inmensa mayoría. El proletariado capa inferior de la sociedad actual, no puede alzarse, no puede erguirse sin hacer saltar por los aires toda la superestructura de estratos que conforman la sociedad oficial” (Marx). Así pues, el sujeto revolucionario: el proletariado, ha de ser consciente de su papel en la historia, es más, debe hacerse dueño de la historia hasta acabar definitivamente con la sociedad de clases. Los movimientos burgueses intentan reducir el papel del proletariado sosteniendo que éste ya no existe, que es parte de una nominación obsoleta, sosteniendo que la clase trabajadora como tal mengua y está sufriendo un proceso de desindustrialización que nos lleva a otros sectores, así como a sobrevivir en otras formas de producción, como el trabajo autónomo o el trabajo en el sector terciario. Pero tal y como desarrollaremos en futuros artículos, el trabajo autónomo o enmascara un trabajo asalariado que obliga al trabajador a correr con las cotizaciones, para ahorro de los empresarios, o se ve tarde o temprano absorbido por los mismos. Por su parte, muchos de los trabajos que se consideran servicios, son en realidad, labores fabriles externalizadas mediante subcontratas, las cuales, han de considerarse proletariado al 100%. Todo esto sin contar, además, con la proletarización del trabajo en el campo. Ergo se demuestra que el proletariado sigue siendo el motor de la historia y el sujeto revolucionario.
Pero no basta con ser el Sujeto Revolucionario, hay que ser consciente de que se es el sujeto revolucionario, para lo cual, hay que inocular la conciencia de clase en los trabajadores y trabajadoras (el Gen Obrero), volver a inmiscuirnos en la lucha de clase de la que hoy por hoy estamos fuera. Crear la conciencia necesaria en los obreros y obreras es fundamental para que llegue el fin del capitalismo, que por fin la emancipación del hombre y la mujer se traduzca en su plenitud personal y laboral. No basta con las condiciones objetivas. La revolución no se dará simplemente porque aumente el paro, las manifestaciones, la pobreza y la exclusión social o porque aumenten las contradicciones del capitalismo, todos ellos elementos indexados en las mismas: es absolutamente necesario el despertar del proletariado.

Y para este despertar es vital el crecimiento del Partido. Un partido Comunista, tal y como establece Francisco Barjas, nuestro secretario general, que ha de luchar en la arena económica, sí, buscando mejorar las condiciones de los trabajadores; ha de luchar en la arena política, sí, donde ha de coadyuvar codo con codo para que el pueblo tenga representación y voz en las instituciones burguesas; pero sobre todo, ha de luchar en la arena ideológica, donde la inoculación del gen obrero, del gen de clase abiertamente antagónico a la burguesía, será la simiente de la lucha final.
Claro que los y las comunistas hemos de trabajar por aumentar el salario mínimo interprofesional, contra los despidos, contra el aumento de la exclusión social, por la sanidad, por la educación, contra los desahucios, contra los rescates bancarios y en general por todos los problemas que atosiguen y paupericen a los trabajadores y trabajadoras, pero hay que buscar algo más. Únicamente el fin del Capitalismo acabará con nuestras miserias, así que hemos de transformar un arraigado afán economicista y político, en un afán adventicio que arraigue por encima de la arena de los logros mediatos.
Los reformistas de Podemos, Iu y demás casta (palabra que le gusta mucho a Pablo Iglesias) de oportunistas, quieren surfear por la cresta de la superestructura para ofrecernos un capitalismo amable, un capitalismo que mire hacia abajo antes de pisar firme con su rodillo súper productivo. Quieren disminuir de forma pacífica las ganancias del gran capital. Para ello, quieren partir de una regeneración democrática (dentro de la democracia burguesa, claro) y para ello, además, y valga la redundancia, buscan una concordia entre clases, maridar lo antagónico para formar una salsa suave sobre un lecho de capitalismo y todo ello, una vez más, dándole únicamente el voto al pueblo como arma ideológica y política. POR QUÉ NO HABLAN DE SOCIALIZACIÓN DE LOS MEDIOS DE PRODUCCIÓN, POR QUÉ NO HABLAN DE LA COLECTIVIZACIÓN DE LA TIERRA, POR QUÉ NO HABLAN DE ACABAR CON LAS CLASES, POR QUÉ NO HABLAN DE PODER EXCLUSIVAMENTE POPULAR MEDIANTE FRENTES DE OBREROS, CAMPESINOS Y ESTUDIANTES CON FACULTAD EJECUTIVA Y LEGISLATIVA, DE QUÉ TIENEN MIEDO: SI TANTO AMAN AL PUEBLO POR QUÉ NO HABLAN DE SU EMANCIPACIÓN.


Muy sencillo, porque ellos son BURGUESÍA:

“Cuando la burguesía liberal concede reformas con una mano, siempre las retira con la otra, las reduce a la nada o las utiliza para subyugar a los obreros, para dividirlos en grupos, para eternizar la esclavitud asalariada de los trabajadores. Por eso el reformismo, incluso cuando es totalmente sincero, se transforma de hecho en un instrumento de la burguesía para corromper a los obreros y reducirlos a la impotencia. La experiencia de todos los países muestra que los obreros han salido burlados siempre que se han confiado a los reformistas” (Lenin).
O es que Pablo Iglesias y Alberto Garzón no nos recuerdan a Felipe González, a Tony Blair, a Barak Obama, a Hollande, todos ellos esperanzadores y esperanzados reformistas y “salva patrias” que iban a modernizar la democracia. Víctor Núñez, Responsable Político del PCOE en Córdoba nos recuerda las palabras de Marx: “La historia se repite primero como tragedia y después como farsa”. La metástasis de reformismo que se ha dado tras la última gran crisis del sistema, viene con nariz de payaso, frenillo, barba de dos días o melena, todo para hacer retroceder el movimiento obrero que está desaprovechando una oportunidad única para movilizarse y acabar con el sistema. Una vez más el capitalismo financia a esta casta y se frota las manos.
Necesitamos al Partido Comunista. No queremos vivir, en metáfora de Fran Barjas, en un cuerpo cancerígeno donde se puede conseguir que funcionen bien varios órganos, gracias a la labor de unos matasanos desclasados. Queremos un cuerpo sano y para lograrlo, necesitamos al Partido. Todos los movimientos revisionistas que han querido liquidar al Movimiento Comunista Internacional han relegado al partido a un segundo plano: el Socialismo Autogestionario, el Eurocomunismo, el Trotskismo…, todos son sofismas que no quieren la disciplina del Partido Marxista-Leninista para imponer tesis burguesas y personalistas en sus acciones.
“He aquí la necesidad de un nuevo partido, de un partido combativo, de un partido revolucionario, lo bastante intrépido para conducir a los proletarios a la lucha por el Poder, lo bastante experto para orientarse en las condiciones complejas de la situación revolucionaria y lo bastante flexible para sortear todos y cada uno de los escollos, que se interponen en el camino hacia sus fines. Sin un partido así, no se puede ni pensar en el derrocamiento del imperialismo, en la conquista de la dictadura del proletariado. Este nuevo partido es el Partido del leninismo” (Stalin).
El PCOE está llamado a ser la vanguardia de la clase obrera, a ser el Partido Marxista-Leninista que siendo el referente comunista y dechado de honestidad, guíe al pueblo a su emancipación, para mandar al capitalismo al estercolero de la historia, PORQUE NOSOTROS SÍ CONFIAMOS EN EL PUEBLO, SÍ QUEREMOS SU PODER, SU LEGISLACIÓN, HACER SUYOS LOS MEDIOS DE PRODUCCIÓN, LAS TIERRAS, SU PROTAGONISMO, SI QUEREMOS QUE GUÍE SU DESTINO, SIN SALVA PATRIAS, POR ÉL MISMO, PARA ÉL MISMO, SIN TRAMPAS, SIN MEDIAS VERDADES. Para tal labor apostamos por el desarrollo de los Frentes Únicos del Pueblo, uniones de trabajadores y trabajadoras, jornaleros y jornaleras y estudiantes que coadyuven, no para participar en las instituciones burguesas, sino para reemplazarlas; que reclamen no sólo mejoras laborales y agrarias, sino los propios medios de producción y recursos naturales; y que en definitiva, labren su futuro mediante una educación lejos del interés burgués para así crear generaciones no contaminadas por el neoliberalismo.
El Partido ha de estar en ese frente y hacerse cada vez más fuerte en pos de un movimiento revolucionario definitivo, por lo que no podemos ser buenos comunistas si únicamente participamos en la lucha económica sin fortalecer y comprometernos con su organización. Así que:

ÚNETE A LAS FILAS DEL PARTIDO COMUNISTA MARXISTA-LENINISTA

ÚNETE A LAS FILAS DEL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL

ÚNETE A LA REVOLUCIÓN


 





Comité Provincial de Córdoba del Partido Comunista Obrero Español, 2 de agosto de 2014



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